El Atlántico tranquilo y el Pacífico…no tanto.

Miércoles, 18 de junio del 2025 / Fuente: Cubadebate / Autor: Elier Pila Fariñas

Ya el calendario recorrió la primera quincena de la temporada ciclónica, que ha sido “tranquila” en cuanto a sistemas y a amenazas de formación.  En el momento de esta publicación no se avizoran cambios en esta tendencia al menos para la próxima semana y bien pudiera extenderse esta racha de quietud por el resto del mes. Y es que el mes de junio es así, aunque no siempre tan inofensivo. Aunque a partir de aquí nos referiremos a nuestr cuenca ciclónica como el océano Atlántico hay que recordar que además de ese océano al norte del ecuador, también incluye el golfo de México y el mar Caribe.

Por otro lado en tenemos al huracán Erick, del que seguro ha visto hablar en las redes y que ante los pronósticos de una temporada ciclónica activa hace que algunos se preocupen de la amenaza para nuestra área. Es real este huracán pero se encuentra en el océano Pacifico y por tanto no representa un peligro para la misma.

Este es un hecho que ocurre muy a menudo, sobre todo cuando estamos bien adentrados en la temporada ciclónica y en sus momentos más activos, en que tanto en el océano Atlántico como en el Pacífico simultáneamente pueden haber varios ciclones activos. Entonces se disparan las alarmas por “ese ciclón nuevo que se formó”. Uno de los elementos que contribuye a la confusión es que se usa una lista de nombres muy similar a la de la cuenca atlántica, aunque con un mayor predominio de nombres en español. Además aparecen en las páginas de noticias de países cercanos de Centroamérica que tienen también interés en el océano Pacífico, es decir también crece la posibilidad de los algoritmos en las redes sociales nos pongan esa información delante.

Los ciclones del Pacifico oriental

En el Pacífico oriental la temporada ciclónica comienza un poco antes, desde el 15 de mayo, con un comportamiento que en algunos aspectos es similar a la del Atlántico, pero en otros es bien diferente, no solamente en este “adelanto” de su comienzo. En el Atlántico se observa un pico de actividad en el mes de septiembre, con un aumento estable antes de la fecha y una disminución pasada la misma. Mientras en el Pacífico hay una distribución más uniforme, con un máximo a finales del mes de agosto, aunque no tan pronunciado como su par atlántico y con otros picos secundarios en los meses de julio y octubre, dando lugar a un periodo de mayor actividad ciclónica más prolongado, que si bien no es extremo como en los máximos, pero más alto que en el resto del periodo.

Compare ambas graficas que describen el comportamiento en cada una de ellas, a la izquierda el Pacífico oriental y a la derecha el Atlántico. Note que en ambos casos la actividad ciclónica se ha extendido más allá del 30 de noviembre en escasas ocasiones, un poco “más habitual” en el Atlántico, ya que el Pacifico casi sigue el calendario al pie de la letra.

A pesar de que los datos históricos no son tan extensos como los de nuestra cuenca sí es una zona más activa, basta con comparar los valores promedio de los 30 años que abarcan desde 1991 a 2020, con 15 tormentas tropicales, 8 huracanes y 4 de ellos de gran intensidad, superando en uno a la cuenca atlántica en cada apartado.

Este 2025, con Erick tiene la formación del quinto organismo ciclónico que alcanza la categoría de tormenta tropical y el segundo huracán, tras la formación del huracán Barbara, que solo por menos de 12 horas se mantuvo como categoría uno en la escala Saffir-Simpson. Aunque se pronostica que no llegue  a ser un huracán de gran intensidad sí podría ser el primero de esta temporada en afectar de manera directa algún territorio, ya que los otros han sido además de débiles y perecederos, esquivos a tierra.

Eso sí, aunque el Pacifico oriental “comienza antes”, para sus propios números va algo adelantado. Estadísticamente, es decir como promedio, la quinta tormenta tropical (en este caso Erick) se forma alrededor del 23 de julio, por lo que lleva más de un mes de adelanto. Recordar además que sería el segundo huracán, que como promedio se forma el 15 de julio, y que incluso si fuera el primero también sería precoz, ya que llegaría adelantado en una semana a la fecha promedio.

Por otro lado, aunque los ciclones son los mismos en ambas cuencas, los mecanismos que producen las variaciones en la actividad ciclónica de una temporada a la otra son bien diferentes. En el Atlántico la presencia de El Niño limita la formación y desarrollo de ciclones tropicales, produciendo vientos desfavorables en la troposfera superior, mientras que en el Pacífico el aumento de la temperatura del mar, consecuencia de este mismo fenómeno, es un factor propicio para un mayor número de ciclones.



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