La noticia de la formación de un débil tornado en la tarde del lunes 26 de mayo en las inmediaciones del aeropuerto internacional José Martí (AIJM) de La Habana fue probablemente lo más compartido de la jornada, un fenómeno que al menos en los últimos días ha sido habitual en las tardes, pero nada fuera de lo común.
Afortunadamente en este caso, su desplazamiento estuvo alejado de zonas sensibles, como terminales de pasajeros o aeronaves, aunque con daños en viviendas cercanas y algunos menores en infraestructura no esencial. Hace solo unos días se cumplieron 3 años de un evento similar que ocurrió más alejado de la instalación, aunque ganó gran notoriedad porque en algunas de las imágenes parecía que un avión “escapaba” del tornado cuando realmente solo era fruto de la perspectiva.
Tomemos esta nueva oportunidad para conversar sobre el servicio meteorológico aeronáutico, poco conocido por algunos.
La aviación cuenta con un servicio meteorológico especializado, ya que como hemos conversado es una rama completamente dependiente de las condiciones del tiempo. En las investigaciones de incidentes y accidentes es unos de los primeros, sino el primer elemento que se analiza para descartar o considerar su influencia, aunque de antemano se conozca alguna otra causa probable.
“La finalidad del servicio meteorológico para la navegación aérea será contribuir a la seguridad, regularidad y eficiencia de la navegación aérea. Se logra esta finalidad proporcionando a los explotadores, a los miembros de la tripulación de vuelo, a las dependencias de los servicios de tránsito aéreo, de búsqueda y salvamento, a las administraciones de los aeropuertos y a los demás interesados en la explotación y desarrollo de la navegación aérea, la información meteorológica necesaria para el desempeño de sus respectivas funciones.”, según consta en el sitio de la Empresa Cubana de Navegación Aérea (ECNA) encargada de proveer estos servicios en Cuba. Es decir, que es básico para todo lo que gire en torno a la aviación.
En algunos países, sobre todo de pequeño tamaño, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) está fusionado con la parte aeronáutica, asumiendo el mismo personal ambas funciones de manera simultánea. En Cuba, como vimos ambas ramas están separadas, pero trabajan en estrecha relación.
En la primera mitad del siglo pasado los especialistas trabajaban en la elaboración de las informaciones de Observatorio Nacional y luego cubrían las necesidades desde el punto de vista meteorológico en el aeropuerto de Rancho Boyeros, actual aeropuerto internacional José Martí. Hay que recordar que en esos tiempos, sobre todo los requerimientos de la parte aeronáutica, eran mucho menores que los actuales, cuando se busca niveles de seguridad muy altos.
El Servicio Meteorológico Aeronáutico en Cuba está compuesto por una Oficina Principal y de Vigilancia Meteorológica (OPVM) y Oficinas de Información Aeronáutica y Meteorológica (AISMET) en los aeropuertos internacionales.
Las funciones de OPVM como su nombre lo indica es la vigilancia de las condiciones meteorológicas en el espacio aéreo cubano, cuyo nombre es FIR Habana, del inglés Flight Information Region, o Región de Información de Vuelo. Que no son más que las porciones del espacio aéreo responsabilidad de cada país y en las cuales este debe asumir toda la información necesaria para el tránsito aéreo seguro. De esa manera la aeronave va pasando en su trayectoria por varias regiones de información de vuelo, en las que recibe y es controlado por cada uno de los estados responsables.
En esta oficina se elaboran las informaciones pronóstico sobre la FIR Habana, lo que incluye además los pronósticos locales para cada uno de los aeropuertos de Cuba y otras informaciones internacionales (a nivel global) que son utilizadas para la planificación de vuelos tanto nacionales como internacionales que tienen a Cuba como origen.
En el caso específico de estas, son recopiladas por las Oficinas AISMET ante la solicitud de las tripulaciones de información meteorológica en la ruta hacia su destino, que toman como base para planificarla. Como mencionamos en una entrega anterior, en cada una de las fases del vuelo son diferentes las variables meteorológicas que influyen, por lo que incluso aquellas aeronaves que cruzan el espacio aéreo cubano en tránsito a otros destinos y que son guiadas por los controladores de vuelo cubanos, requieren que su paso sea lo más seguro, ordenado y eficiente.
De aquí que la constante comunicación de información meteorológica al tránsito aéreo en cada una de sus ramas es la piedra angular de esta seguridad, sobre todo ante situaciones que requieran la emisión de informaciones sobre condiciones meteorológicas significativas.
Estas condiciones pueden ser turbulencia, engelamiento y tormentas eléctricas; dentro de las cuales, además de las dos primeras condiciones pueden combinarse con granizos, convirtiéndose en áreas que casi toda aeronave tiene que evitar. También ante la amenaza de ciclones tropicales e incluso otros fenómenos significativos de origen no meteorológico, como la presencia de cenizas volcánicas producidas por erupciones, asesoran en la toma de medidas preventivas, siempre ponderando la seguridad aérea.
De igual forma realizan avisos para los aeropuertos cubanos antes fenómenos que de manera local puedan estar incidiendo sobre la seguridad operacional o el personal que labora en los mismos, como puede ser una tormenta eléctrica.
Las oficinas AISMET, además de brindar la informaciones mencionadas, realizan las observaciones meteorológicas cada una hora y en caso de que sera requerido con una mayor frecuencia ante condiciones significativas para la aviación, que pueden implicar fenómenos que en otros ámbitos no lo son, como que ocurra una reducción en la visibilidad por niebla que limite o impida las operaciones o cambios significativos en la dirección del viento. En aquellos que tienen poco tráfico y no están operativos en ciertos horarios, las estaciones meteorológicas automáticas transmiten cada una hora aquellas variables que pueden ser registradas por instrumentos.
Toda esta información se transmite inmediatamente a nivel internacional para uso de aeronaves en curso y autoridades aéreas responsables de su gestión.
En el caso del AIJM, por su importancia y la cantidad de operaciones (despegues y aterrizajes) que se realizan diariamente el personal de la Oficina AISMET asumen los pronósticos locales y avisos.
La situación vivida este 26 de mayo, puso en práctica todo este sistema coordinado, con el aviso oportuno a los distintos niveles de una situación peligrosa, que gestionó las aeronaves y equipos de forma segura antes, durante y después de la ocurrencia del mismo, tanto las que debían partir o arribar al AIJM como aquellas que estuvieron sobre la región de información de vuelo de Cuba.
Curiosamente la imagen que acompaña esta publicación y una de las más compartidas del suceso fue capturada desde la OPVM.
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