Cambio climático y efectos de El Niño alimentan incendios en la Amazonia

Viernes, 2 de agosto del 2024 / Fuente: Cubadebate

El número de focos de calor en la parte brasileña de la mayor selva tropical del mundo no era tan elevado para un mes de julio desde 2005. Foto: Tomada de Folha de Sao Paulo.

La Amazonia brasileña registró 11 434 incendios forestales en julio, el mayor número para este mes en casi dos décadas, como consecuencia de los cambios climáticos y de los efectos prolongados del fenómeno El Niño, informaron este jueves fuentes oficiales.

El número de focos de calor en la parte brasileña de la mayor selva tropical del mundo no era tan elevado para un mes de julio desde 2005, cuando se registraron 19 364 incendios, según los datos divulgados por el estatal Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE).

La Amazonia registró un poco más de la mitad (50.9%) de todos los incendios forestales detectados en Brasil en julio de este año.

De acuerdo con las mediciones por satélite del INPE, los incendios en julio en la Amazonia prácticamente doblaron los del mismo mes de 2023 (5 772) y de 2022 (5 373).

Además de aumentar un 98% en comparación con julio de 2023, el número de focos de calor fue cuatro veces superior al de junio de este año (2 842).

El número de focos de calor acumulados en la Amazonia brasileña en los siete primeros meses del año subió hasta 24 923, el mayor para el período desde 2005 (31 016).

Los incendios en los primeros siete meses del año aumentaron un 76% en comparación con los del período enero-julio de 2023 (14 116).

Según la organización ecológica Greenpeace, la situación puede empeorar en los próximos meses debido a que “se espera un aumento en las alertas de deforestación y de los incendios en la Amazonia entre julio y octubre, época en que la región pasa por el llamado verano amazónico”.

En ese período, que suele prolongarse hasta noviembre y que el año pasado se extendió casi hasta diciembre, se reducen las lluvias en la Amazonia, disminuye la humedad relativa del aire y aumentan las temperaturas, “lo que deja la vegetación más seca y vulnerable al fuego”, dijo Greenpeace.

Pese a esas condiciones naturales que facilitan los incendios, el portavoz para las campañas del Greenpeace en Brasil, Rómulo Batista, aclaró que gran parte de los focos son provocados por hacendados o colonos que queman el bosque o sus cultivos para preparar el terreno para la siembra y muchas veces pierden el control sobre el fuego.

Batista destacó que julio es el primer mes de un período de sequía en la Amazonia que, según los pronósticos, será peor que la de 2023, cuando la cuenca amazónica enfrentó una histórica reducción de las lluvias y de los niveles de sus ríos.

Algunos estados amazónicos ya declararon el estado de emergencia este año por la disminución de los niveles de los ríos.

“Teniendo en cuenta que aún tenemos tres meses de verano amazónico, la situación es de extrema preocupación. La selva y sus pueblos aún se recuperan de la sequía y de los incendios forestales del año pasado y lo que viene puede ser peor, lo que podría llevar la situación de devastación en la Amazonia aún más cerca del punto de no retorno”, dijo.

Científicos insisten: Neutralidad de carbono es clave para estabilizar clima del planeta

 

Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y avanzan hasta lograr la neutralidad de carbono hacia finales de siglo es clave para garantizar la estabilidad natural del planeta, según un informe publicado este jueves por el Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK).

El reporte señala que alcanzar la neutralidad cero, que implica recortar al máximo las emisiones hasta lograr que las emisiones residuales puedan ser absorbidas por la naturaleza, costaría tan solo en el sector energético cerca de cinco billones de dólares de aquí a 2030, de acuerdo con datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

“Lo que estamos haciendo actualmente es importante para las próximas décadas, siglos e incluso milenios”, dijo Nico Wunderling, del Instituto Potsdam.

Sin embargo, el mundo parece encaminado a sobrepasar el umbral de 1.5 ºC de aumento de la temperatura media del planeta respecto a lo niveles preindustriales, lo que puede generar efectos devastadores, recalcaron los científicos.

“Sobrepasar ese límite de manera permanente aumentaría de manera sustancial la probabilidad de provocar puntos de inflexión”, señala el informe del PIK, en el cual se advierte que las medidas que la comunidad internacional debe asumir tienen que ser drásticas y rápidas.

“La inversión del calentamiento global solo podrá lograrse si se alcanza la neutralidad de carbono, como mínimo, de aquí a 2100”, afirmó Wunderling.

Según los investigadores, cada décima de grado (0.1 °C) por encima del objetivo de +1.5 ºC respecto a lo niveles preindustriales aumenta la posibilidad de una severa afectación de aquí a 2300 en al menos uno de los cuatro elementos del equilibrio planetario (selva amazónica, circulación oceánica del Atlántico, capa de hielo en Groenlandia y oeste de la Antártida).

La AIE ha apuntado que esos objetivos climáticos ambiciosos se topan con las necesidades energéticas del planeta, que aumentan invariablemente cada año, además de la necesidad de garantizar el aprovisionamiento de metales raros, esenciales para baterías.

 

Estudio: Bosques del mundo no pudieron frenar emisiones climáticas en 2023

 

Incendio forestal en un área cerca de Mistissini, Quebec, Canadá, en junio de 2023. Foto: Reuters.Los bosques y otros ecosistemas terrestres no lograron frenar el cambio climático en 2023, ya que la intensa sequía en la selva amazónica y los incendios forestales récord en Canadá obstaculizaron su capacidad natural para absorber dióxido de carbono, según un estudio presentado esta semana.

Eso significa que una cantidad récord de dióxido de carbono entró en la atmósfera de la Tierra el año pasado, alimentando aún más el calentamiento global, dijeron los investigadores.

La vida vegetal ayuda a frenar el cambio climático al absorber enormes cantidades de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero que impulsa el calentamiento global. Los bosques y otros ecosistemas terrestres absorben en promedio casi un tercio de las emisiones anuales procedentes de combustibles fósiles, la industria y otras causas humanas. .

Sin embargo, ese sumidero de carbono natural colapsó en 2023, según el coautor del estudio Philippe Ciais, del Laboratorio de Ciencias del Clima y el Medio Ambiente (LSCE), una organización de investigación francesa.

“El sumidero es una bomba y estamos bombeando menos carbono de la atmósfera a la tierra”, dijo Ciais en una entrevista. “De repente, la bomba se ahoga y bombea menos”.

Como resultado, la tasa de crecimiento del dióxido de carbono en la atmósfera aumentó un 86% en 2023 en comparación con 2022, dijeron los investigadores.

Científicos de la Universidad de Tsinghua, en China; la Universidad de Exeter, en Inglaterra, y la LSCE dirigieron la investigación sobre la causa del cambio. Su estudio fue presentado en la Conferencia Internacional sobre Dióxido de Carbono en Manaos, Brasil.

Un factor importante fueron las altas temperaturas récords a nivel mundial que secaron la vegetación en la Amazonia y otras selvas tropicales, impidiéndoles absorber más carbono, y al mismo tiempo alimentaron incendios récord en Canadá, señala el estudio.

“Imagínese sus plantas en casa: si no las riega, no son muy productivas, no crecen, no absorben carbono”, dijo Stephen Sitch, coautor del estudio y experto en carbono de la Universidad de Exeter. “Pongamos eso a gran escala, como la selva amazónica”, dijo Sitch a Reuters al margen de la conferencia.

El estudio aún está en proceso de revisión por pares en una revista académica, pero tres científicos que no participaron en la investigación dijeron a Reuters que sus conclusiones son sólidas.

Según esos científicos, las caídas en los sumideros de carbono terrestres tienden a ocurrir en años afectados por el fenómeno climático El Niño, como 2023. Pero las temperaturas récord impulsadas por el cambio climático hicieron que la caída del año pasado fuera particularmente extrema.

Además, las consecuencias de la caída son más graves que en el pasado, porque los seres humanos ahora están provocando la emisión de más dióxido de carbono que nunca.

Los científicos advirtieron que el sumidero de carbono de la Tierra varía mucho de un año a otro, y que un solo año por sí solo no significará la perdición. Pero sería alarmante que lo observado en 2023 se convierta en una tendencia.

“Esto es una advertencia”, dijo Richard Birdsey, del Centro de Investigación Climática Woodwell en Estados Unidos, que no participó en el estudio. “Hay muchas posibilidades de que años como 2023 sean más comunes”.

Cuanto menos carbono absorban los ecosistemas terrestres, menos combustibles fósiles podrá quemar el mundo antes de que la humanidad supere los objetivos climáticos globales, dijo Anthony Walker, modelador de ecosistemas en el Laboratorio Nacional Oak Ridge, en Estados Unidos, que no participó en el estudio.

“No podemos contar con los ecosistemas para rescatarnos en el futuro”, dijo Trevor Keenan, científico de ecosistemas de la Universidad de California, Berkeley, que no participó en el estudio.

 

Glaciares andinos retroceden a sus niveles más bajos en 11 700 años

 

Los glaciares tropicales de los Andes están experimentando un retroceso sin precedentes, con zonas de hielo que no habían estado expuestas en 11 700 años, desde que comenzó la actual edad geológica del Holoceno.

Los Andes, que albergan más del 99% de los glaciares tropicales, pueden ser los primeros en mostrar efectos significativos del cambio climático inducido por el ser humano a escala regional, indica un estudio que publica Science.

La investigación, encabezada por el Boston College (Estados Unidos), revela que los trópicos ya se han calentado más allá de los límites vistos por última vez a principios de la era del Holoceno.

El análisis de muestras de rocas adyacentes a cuatro glaciares de la cordillera de los Andes da pruebas “bastante sólidas” de que estos son ahora “más pequeños de lo que han sido en cualquier momento de los últimos 11 000 años”, afirmó Jeremy Shakun, firmante del artículo del Boston College.

“Dado que el retroceso de los glaciares modernos se debe sobre todo al aumento de las temperaturas (a diferencia de la disminución de las nevadas o los cambios en la nubosidad), nuestros hallazgos sugieren que los trópicos ya se han calentado fuera de su rango del Holoceno y han entrado en el Antropoceno”, agregó.

Un equipo internacional de científicos viajó a Colombia, Perú y Bolivia para medir la química del lecho rocoso descubierto recientemente frente a cuatro glaciares en fusión que se extienden por los Andes tropicales.

Dos isótopos raros, el berilio-10 y el carbono-14, se acumulan en las superficies del lecho rocoso cuando están expuestas a la radiación cósmica procedente del espacio exterior.

Midiendo las concentraciones de estos isótopos en el lecho rocoso pudieron determinar cuánto tiempo hacía que estuvo expuesto anteriormente, lo que indica con qué frecuencia los glaciares eran más pequeños que en la actualidad.

La mayoría de las muestras tenían concentraciones de 14C y 10Be cercanas a cero, lo que sugiere que estas ubicaciones estuvieron cubiertas por hielo durante todo el Holoceno y solo recientemente han quedado al aire.

Por lo tanto, es probable que los glaciares adyacentes sean ahora más pequeños de lo que han sido en cualquier momento de los últimos 11 700 años, concluye la investigación.

 

(Con información de AFP, Reuters y EFE)



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