Walter Baluja García, ministro de Educación Superior de Cuba, actualizó a los participantes cubanos y extranjeros del Congreso Internacional de Gestión Empresarial y Administración Pública (GESEMAP 2024), sobre el contexto actual cubano, desde el Sistema de gestión de gobierno basado en ciencia e innovación (SGGCI).
Durante la Conferencia Magistral, que tuvo lugar en el Salón 1930, del Hotel Nacional de Cuba, Baluja García informó a los presentes sobre el aporte de la universidad cubana al desarrollo en este ámbito.
Se puede considerar que la contribución básica, primera de la educación superior al desarrollo, radica en formar profesionales cada vez más capaces, más integrales y que tengan como prioridad la utilidad, el compromiso social y el humanismo, comentó.
Como precedente imprescindible, acotó, se requieren políticas públicas que contribuyan a un acceso amplio y equitativo de nuestros jóvenes a las universidades y que, también, se tenga en cuenta la atención a las oportunidades de los sectores más vulnerables, indagando en los barrios y en las comunidades; pues no hay desarrollo posible y sostenible si este no se concibe de forma integral, además, de que tiene que ser social y económico.
En Cuba, rememoró, desde hace ya más de 65 años, se ha trabajado de esa forma, y para contribuir a esta formación integral de nuestros estudiantes, resulta fundamental su vínculo a las denominadas tareas de impacto económico y social, mediante labores diversas asociadas a los sectores de la producción y los servicios, de acuerdo a su perfil profesional, desde el desarrollo en esas instituciones de ejercicios formativos, la participación en proyectos de investigación u otros.
Contexto cubano desde el SGGCI
Como uno de los aspectos más sobresalientes y retadores, dijo Baluja García, aparece la transformación particular de nuestro contexto nacional, especialmente a partir de la adopción del SGGCI, impulsado por el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República de Cuba, Miguel Diaz-Canel Bermúdez, desde sus investigaciones de doctorado.
La implementación de este sistema de gobierno ha situado a la universidad cubana, y su comunidad de estudiantes y trabajadores, especialmente a su claustro, en el foco de atención, en el centro de las respuestas a las problemáticas más importantes para el desarrollo de nuestro país, explicó.
Resaltó que el SGGCI tiene un basamento científico que no solo toma en consideración los aspectos de la gestión de la ciencia y el conocimiento, sino también relevantes bases históricas del nacimiento y evolución de nuestra nación; en particular, encuentra fundamentos en relevantes antecedentes de la historia de la Revolución y del denominado “período especial”.
Basado en las palabras del Dr. en Ciencias Díaz-Canel, en 2022, es necesario que se conozca que el sistema de trabajo gubernamental, citó, persigue fortalecer el papel de la ciencia y la innovación como método permanente en la búsqueda de soluciones creativas a problemáticas y retos que surgen en el proceso de desarrollo económico y social del país.
Como dijo el Presidente, se definen como pilares de esa gestión, la informatización de los procesos, la comunicación social y la ciencia e innovación, para un desarrollo necesariamente sostenible, agregó.
Según Baluja García, se mantienen vigentes sus palabras de hace dos años cuando resaltó el trabajo de los expertos, como soporte a la toma de decisiones políticas y organizativas en el enfrentamiento de la COVID-19, incluyendo mecanismos predictivos elaborados, interpretados y comunicados desde nuestra Universidad de La Habana.
Las capacidades creadas en nuestro sistema de salud pública y en la industria biofarmacéutica, por parte de la comunidad universitaria, fueron decisivas en la victoria frente a la pandemia con las vacunas cubanas, argumentó.
Estas se crecieron ante este período, asumiendo las tareas convocadas por las autoridades nacionales y territoriales; estudiantes y trabajadores universitarios estuvieron en hospitales de campaña y centros de aislamiento para atender a los pacientes de la COVID-19, agregó.
Además, recordó, garantizaron la administración y logística de esos centros de salud, fueron protagonistas de diversas tareas socioeconómicas, entre las cuales se incluyeron la pesquisa epidemiológica, la atención a ciudadanos en situación de vulnerabilidad, la producción de alimentos, de software, entre muchas otras.
Por tal motivo, dijo, resultaron destacadas todas las universidades del Ministerio de Educación Superior (MES) y actualmente continúan con nuevos retos y contribuciones.
Desde que el SGGCI vio la luz, la proyección estratégica de nuestras universidades está alineada con las premisas y componentes del SGGCI; ya que las instituciones de la educación superior cubanas han priorizado los objetivos y metas que más contribuyen a satisfacer sus demandas, expresó.
En esta línea, puntualizó, resulta destacada la participación de profesores e investigadores en numerosos grupos de expertos y comisiones que han trabajado en la actualización y creación de políticas y normas dentro de la intensa dinámica de fortalecimiento del marco regulatorio nacional, a partir de la aprobación de la nueva Constitución, en el 2019.
Fundamentalmente nuestro claustro, participa ampliamente en las tareas de perfeccionamiento de la administración pública y del sistema empresarial, en la labor en el Consejo Nacional de Innovación, en los consejos técnicos asesores (CTA) de los OACE, OSDE, el sistema de administración y empresarial de los territorios y otras instituciones, los grupos temporales y otros órganos consultivos del país, comentó.
Al explicar con cifras contundentes, Baluja García, resaltó, que en Cuba como en otros países, la educación universitaria perfecciona de manera continua sus planes y programas de estudio.
Actualmente, refirió, 112 carreras y 64 programas de Técnico Superior están en función del desarrollo económico y social de cada territorio del país, de los 17 Programas Nacionales de Ciencia, Tecnología e Innovación, ocho son gestionados por nuestras Instituciones de Educación Superior.
Un 90 por ciento de los profesores e investigadores ostenta los grados de Doctor o Máster en Ciencias y más del 75 por ciento de los premios nacionales otorgados por la Academia de Ciencias de Cuba, en toda su historia, declaró.
Añadió, que cuentan, además, con 180 revistas científicas en diferentes áreas del conocimiento y una importante producción de libros y soluciones informáticas, al igual que con más del 70 por ciento de todos los artículos publicados por la comunidad académica y científica del país, en corriente principal, provenientes de las instituciones de la educación superior.
Existen importantes avances y resultados relevantes se han obtenido en el vínculo de las universidades y entidades de ciencia, tecnología e innovación (ECTI) con los sectores estratégicos para el desarrollo económico y social del país, argumentó.
Mencionó que la producción de alimentos, el programa energético, los recursos hídricos, las ciencias sociales, humanísticas y económicas, la salud y la biomedicina, las telecomunicaciones y la informatización de la sociedad, la biotecnología y el desarrollo sostenible, entre muchos otros, forman parte de estos.
Desde la formación, la ciencia y la innovación se continúa aportando a la implementación de las Estrategias de Desarrollo Municipal y Provincial, los sistemas locales de innovación, la autogestión y sostenibilidad de los municipios y mucho más, concluyó.
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